MEMORIA A DOS VOCES
Francois Mitterand |
Mitterand ha protagonizado la historia de Francia por más de medio siglo y su nombre, sus acciones desde la juventud, las variables de su posición política, ideológica, religiosa, han estado envueltos en una especie de nebulosa leyenda cercana cada vez más al mito con el declinar de su presidencia, los escándalos sobre su vida íntima, la grave enfermedad en el otoño de su actuación pública.
Ya retirado del ejercicio imperial del poder, el cual dedicó en las horas finales a preparar su gloria luego de la muerte y a asociar su nombre con obras monumentales, quizás para emular con Napoleón, el anuncio de un libro suyo de memorias generó una inmensa expectativa que ahora no parece respondida, en la medida en que ella se presentó, en el libro a dos voces con Wiesel, el escritor judío sobreviviente del Holocausto.
La curiosidad de los lectores por los secretos de las biografías o autobiografías encuentra un muro como el que solía poner con calculada distancia Mitterand, en todos los actos de su existencia. Así lo hizo en el libro con las palabras que el mismo introduce como prefacio "el hombre político se expresa en primer lugar mediante sus actos, de ellos depende y a ellos se debe, discursos y escritos son sólo piezas de apoyo al servicio de una obra de acción".
Razón tiene Mitterand en su afirmación pero ignora también que con la revolución contemporánea de las comunicaciones y el imperio de los medios, de la inmagología y de la televización del poder, parte inmensa de la actualidad política se circunscribe a decir cosas ante las cámaras y los micrófonos, a expresar opiniones en las ruedas de prensa, a defender propuestas y proyectos en las conferencias internacionales en la diplomacia multilateral.
Pero lo que la gente espera de una supuesta "Memoria a dos voces" no es este material público profundamente difundido por los medios de comunicación, en un instante, para todo el planeta. Bien sabe el exmandatario francés que cuando él decía en París, como Jefe de Estado, en segundos a través de la sofisticada tecnología de la moderna revolución de las comunicaciones, en todo el mundo. Eso no es lo que le interesa al público lector de un libro de memorias, pues obviamente ya lo tiene averiguado y bien conocido, casi que lo sabe de memoria rápida.
Elie Wiesel |
El libro recoge sí unos diálogos bien interesantes, en la voz de dos brillantes interlocutores que dejan frases y pensamientos de un indudable brillo literario, filosófico y político. Las reflexiones sobre el poder y las terribles miserias que universalmente asolan el ejercicio actual de la política, quedan claras en el importante ensayo. El libro es ameno y fácil, bien elaborado y atrayente. No tiene temática tremendista que se esperaba pero si un texto serio y nuevo que vale la pena leerlo para meditar sobre la vida y la gran influencia de uno de los más importantes protagonistas de la política mundial en este terrible siglo que termina.